Investigaron en internet y luego dibujaron.
Cuando tu mamá está por cocinar y te pregunta qué querés comer, apuesto a que siempre le decís que prepare tu comida favorita. Seguramente también te prepara tu plato preferido en el día de tu cumple. Todos los chicos tienen una comida y un postre favorito. ¿Y sabes qué? Los niños que vivieron en la época de la revolución de mayo, allá por 1810, también tenían sus platos favoritos. Como este año se cumplen 200 años desde esa fecha, estamos recordando todo lo que hacía la gente en ese momento histórico. Y entre varios temas, vamos a investigar cómo se alimentaban. Pero, además de lo que comía la gente grande, es interesante saber qué les gustaba a los chicos. ¿Lo averiguamos juntos?
Entre los platos que las madres preparaban todos los días para la familia, se encontraba la típica sopa de arroz y fideo (un caldo de verduras al que se le agregaba un elemento sólido).
El puchero, que también comemos hoy, una especie de guiso de verduras acompañado del caracú, o cualquier otro hueso cubierto con un poco de carne, como para darle sabor.
También cocinaban otros guisos (con arroz, maíz o trigo). Entre las carnes que más se consumían estaban el estofado, las albóndigas, el matambre, y el asado. Otro de los platos auténticos de la época eran los zapallitos rellenos y la carbonada (un guiso con maíz, cocinado dentro de un zapallo).
Aunque estas comidas no les disgustaban, los chicos morían por el locro y las empanadas. Me los imagino sentados a la mesa esperando que la mamá traiga esa olla grandota de locro, con legumbres, carne y mucho juguito; y las empanadas para acompañarlo. A veces, preferían comer en esas galerías enormes de las casas coloniales, que tenían muchos arcos. Se sentaban a lo indio en el suelo, hacían una ronda con la olla al medio, y la mamá les traía las empanadas recién hechas.
Pero lo que más esperaban era el postre. Las comidas dulces eran las favoritas de los chicos, como en la actualidad. Algunos preferían la natilla (un postre a base de leche, azúcar y huevos), otros el arroz con leche o la mazamorra. Otros se quedaban con los pastelitos, las masitas o los alfajores, que ya existían en esa época. Los vendedores ambulantes ofrecían muchos de estos postres, así que los chicos podían salir a jugar, y compartían algo dulce con los otros niños del barrio. ¡Qué divertido!
Cuando tu mamá está por cocinar y te pregunta qué querés comer, apuesto a que siempre le decís que prepare tu comida favorita. Seguramente también te prepara tu plato preferido en el día de tu cumple. Todos los chicos tienen una comida y un postre favorito. ¿Y sabes qué? Los niños que vivieron en la época de la revolución de mayo, allá por 1810, también tenían sus platos favoritos. Como este año se cumplen 200 años desde esa fecha, estamos recordando todo lo que hacía la gente en ese momento histórico. Y entre varios temas, vamos a investigar cómo se alimentaban. Pero, además de lo que comía la gente grande, es interesante saber qué les gustaba a los chicos. ¿Lo averiguamos juntos?
Entre los platos que las madres preparaban todos los días para la familia, se encontraba la típica sopa de arroz y fideo (un caldo de verduras al que se le agregaba un elemento sólido).
El puchero, que también comemos hoy, una especie de guiso de verduras acompañado del caracú, o cualquier otro hueso cubierto con un poco de carne, como para darle sabor.
También cocinaban otros guisos (con arroz, maíz o trigo). Entre las carnes que más se consumían estaban el estofado, las albóndigas, el matambre, y el asado. Otro de los platos auténticos de la época eran los zapallitos rellenos y la carbonada (un guiso con maíz, cocinado dentro de un zapallo).
Aunque estas comidas no les disgustaban, los chicos morían por el locro y las empanadas. Me los imagino sentados a la mesa esperando que la mamá traiga esa olla grandota de locro, con legumbres, carne y mucho juguito; y las empanadas para acompañarlo. A veces, preferían comer en esas galerías enormes de las casas coloniales, que tenían muchos arcos. Se sentaban a lo indio en el suelo, hacían una ronda con la olla al medio, y la mamá les traía las empanadas recién hechas.
Pero lo que más esperaban era el postre. Las comidas dulces eran las favoritas de los chicos, como en la actualidad. Algunos preferían la natilla (un postre a base de leche, azúcar y huevos), otros el arroz con leche o la mazamorra. Otros se quedaban con los pastelitos, las masitas o los alfajores, que ya existían en esa época. Los vendedores ambulantes ofrecían muchos de estos postres, así que los chicos podían salir a jugar, y compartían algo dulce con los otros niños del barrio. ¡Qué divertido!
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¡Qué lindo blog! HERMOSO¡Felicitaciones!
Pasen por "Escuela Primaria 11", http://escuelaprimaria11.blogspot.com/ y lleven regalitos de RECONOCIMIENTO AL BLOG.
Saludossss! :-)